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Aquellos maravillosos años…, los mejores discos de 1980

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Cuando un año como este, salvando honrosísimas excepciones, a uno le resulta parco en ediciones de grandes discos, a un servidor le da por tirar del recuerdo para matar el aburrimiento y pasan estas cosas. Hoy os proponemos un viaje al pasado, a 35 años atrás, cuando la New Wave en sus diversas expresiones tomaba forma tras los rescoldos del punk, y se rompía casi definitivamente con las líneas maestras que habían dominado los setenta. Año de efervescencia musical por los cuatro costados, año de trabajos que quedarán siempre para la historia. He aquí mi propuesta, bienvenidos a 1980, el año de Reagan, el asesinato de Lennon, y El Imperio Contraataca. (Pincha en las portadas para acceder a los discos en Spotify).

1. Joy Division. Closer, Factory Records.

joydivision_closer_frontCuando Ian Curtis puso fin a su vida en mayo de 1980, ni él ni su banda eran leyenda, esto vino después. Eso sí, eran toda una sensación en Manchester y resonaban en el resto de Gran Bretaña. Apunto de embarcarse en su primera gira estadounidense, Joy Division se quedaron sin cantante, y su segundo disco retrasó su salida al mercado al mes de julio. Pese a alcanzar el puesto 6 en las listas británicas, la grandeza de este trabajo se ganó con el tiempo. Lúgubre, fúnebre, angustiante, mucho más denso que el impactante Unknown Pleasures, sin ninguno de los hits que hoy día resuenan entre los enésimos re-descubridores de la escena indie, Closer creó escuela, dejó una huella imborrable, e hizo de faro al emergente movimiento siniestro. Hoy, lo que sigue poniendo los pelos de punta, es su progresión, acompañado por unas letras que, como pocas, presagiaban lo que había de venir, hacia un epílogo sonoro que cualquiera diría que estaba escrito y encajaba como un guante en el suicidio de Curtis. Unico en su especie.

2. The Cure. Seventeen Seconds, Fiction Records.

thecure_17seconds_frontPese a que solamente alcanzó el puesto 20 en Reino Unido, pocos discos han llegado a ser tan influyentes, y no exclusivamente dentro del movimiento gótico, como este. Siguiendo la estela del camino que iban abriendo Siouxsie & The Banshees, menos de un año después de su más que notable debut con Three Imaginary Boys, la remozada banda de Robert Smith (sin Michael Dempsey y con las incorporaciones del mítico Simon Gallup y el efímero Matthieu Hartley), viraban por completo para abandonar un claro post-punk y sumergirse en las tinieblas de lo etéreo, lo atmosférico, lo deprimente y la frialdad emocional. Magistral, personal y robusto, Seventeen Seconds es piedra angular de su género y de la propia banda, dejando entrever entre la densidad gótica las excelsas dotes de Smith para ligar lo siniestro con el pop más genuino. Play For Today, M, y la icónica A Forest, son el santo y seña de esta genial obra de extraordinaria madurez para unos tipos aún jóvenes en 1980.

3. Iron Maiden. Iron Maiden, EMI.

ironmaiden_selftitled_frontSí, hubo vida antes de Bruce Dickinson, y a este que suscribe, y que no es ni de lejos un metalero de pro, la capacidad de este disco para reconducir el heavy metal, tomando como referencia el punk, y otras vertientes del rock progresivo de los años anteriores, le fascina. Es rabioso, feroz, rápido, enormemente divertido, talentoso, y rockero por los cuatro costados. Cuesta imaginar a algún aficionado a la música incapaz de sacarle alguna virtud. Y pese a que la banda se hartó de expresar su disconformidad con la producción, Iron Maiden pasa por ser uno de los debuts más impactantes de todos los tiempos, especialmente en su género. Número cuatro en Gran Bretaña, generador de una gira de más de cien conciertos, salto inmediato fuera de las islas, y una memoria que nadie olvida. No importa que fuera sin Di’Anno y sin Stratton cuando la banda alcanzó su cénit, este álbum es uno de los esenciales que da sentido al término New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM).

4. AC/DC. Back in Black, Atco Records.

acdc_backinblack_frontOtro disco para la historia que aconteció en este año, y una lección de como sobrevivir a las adversidades. Los australianos, para su séptimo álbum, se encontraban con la dura tesitura de sustituir a Bon Scott, su fallecido cantante, por Brian Johnson, y el resultado, en un disco bragado en negro a modo de homenaje al ausente, no puedo ser mejor, tercer disco más vendido de la historia, contando sus cifras por millones en todo el mundo (más de cincuenta), número uno en Gran Bretaña y cuatro en EEUU, y un hito que traspasaría las fronteras del rock duro y el heavy metal. Leyendas como Hell’s Bells, Shoot to Thrill, Back in Black o You Shoot Me All Night Long están aquí presentes. No me digas que nunca has escuchado alguna.

5. The Feelies. Crazy Rythms, Stiff Records.

thefeelies_crazyrythms_frontHe aquí una de las glorias más escondidas y olvidadas que deberían estar en el panteón del indie. El debut de The Feelies, en lugar de dar vueltas en torno a la resaca posterior al punk, puso sobre el tapete una reacción directa a él, aclarando guitarras y sonidos y rodeándose de un enorme y rico universo de percusiones, dando como fruto canciones, a veces casi surrealistas, que mutan y varían todo el tiempo. Alabados por gente como Bowie, citados como influencia expresa por R.E.M., este inolvidable disco ha envejecido mucho mejor que casi ninguno de su tiempo, permaneciendo moderno, atrevido y vanguardista, mientras que, por desgracia, la fama no le alcanzó ni en su día, ni después, teniendo como consecuencia el olvido. Escuchen Original Love o Moscow Nights y digan si me equivoco. The Feelies no fueron capaces de volver a editar nada hasta 1986.

6. Roky Erickson and the Aliens. Rocky Erickson and the Aliens (5 Symbols), CBS Records.

rockyaliens_frontHe aquí al total y absoluto bicho raro del año y del post, Roky Erickson, viejo líder de los sesenteramente famosos y psicodélicos 13th Floor Elevators, tipo estigmatizado por haber multiplicado su esquizofrenia a base de abrasarse con LSD y otras sustancias durante aquellos años locos, y autor de joyas como declarar en un juzgado en el 82 que su cuerpo había sido invadido por un alien. Al margen de cosas que pueden sonar a broma, pero que en el fondo dieron al traste con sus virtudes musicales hasta convertirlo en un paria, este disco, que desentona por completo con la tónica general de lo que rompía en aquel año, y al margen de la bizarrada de estar basado en motivos extraídos del cine de terror, es un pedazo de trabajo en forma de rock psicodélico tamizado de raíces clásicas, y un placer auditivo total. Sus virtudes sonoras teletransportan. Pruébalo.

7. The Sound. Jeopardy, Korova Records.

thesound_jeopardy_frontOtro debut glorioso, y otro líder con desgraciado final -aunque mucho tiempo después-, llamado Adrian Borland. Pocos discos como este, hechos por gente proveniente del punk, concentran tanta esencia de eso que dio en llamar post-punk siniestro, con la clásica rasposidad del amateurismo y los pocos medios presentes, con la vuelta de tuerca de los giros sonoros y cambios de ritmo calculados y chocantes, con la introducción de instrumentos inconcebibles en la escena punk, a veces incluso mirando al pasado en su estilismo, pero sobre todo, con la habilidad de Borland como letrista para imponer el mensaje angustiado y desasosegante típico del subgénero. Una de las claves seminales del aún naciente rock gótico y un dechado de inteligencia a la hora de esconder el pop. Por supuesto, crítica y éxito comercial fueron por caminos separados.

8. Motörhead. Ace of Spades, Bronze Records.

motorhead_acesofspades_frontUna vez más, otro pelotazo en el mundo del metal provenía de Gran Bretaña. El cuarto álbum de la banda del legendario Lemmy fue tan bien acogido, que la crítica lo acogió, brazos abiertos, como si fuera un debut e inmediatamente lo incluyeron en el paquete del NWOBHM. Las virtudes de este disco, ágil y veloz como un disparo, además de ser capaz de consensuar elementos clásicos del rock duro de siempre, con la suciedad del punk, es el ser precursor, aún con tela que cortar, por supuesto, del trash metal. Su sonido arenoso, la voz rasposa de Lemmy, esa portada a lo wild-frontier, su tufo a cuero gastado, sudor, cerveza rancia, y garito muy poco recomendable, lo hacen un trabajo excepcional, influyente y enclavado en la historia de su estilo.

9. Black Sabbath. Heaven and Hell, Vertigo Records.

nDe nuevo metal, rockeros británicos, y un momento clave en su intrahistoria, vuelven a juntarse para soltar como un disparo otro disco esencial en la historia del año, de la música, y del heavy. Black Sabbath no eran precisamente unos novatos, estaban editando su noveno disco, y el clasicismo mamado en toda la década anterior aún respira en 1980 de forma clara y contundente, pero también afloran los nuevos tiempos y las nuevas olas. Sin embargo, el punto clave residía en que afrontaban tal momento tras la baja del vocalista Ozzy Osbourne (ahí es nada), y su sustitución por un tal Ronnie James Dio. ¿El resultado? Un éxito rotundo de crítica y ventas y el puesto más alto alcanzado por la banda en los charts, llegando al cuatro en Gran Bretaña. Que los viejos rockeros nunca mueren, aún jugando en campo contrario, queda aquí más patente que nunca.

10. Talking Heads. Remain in Light, Sire Records.

talkingheads_remaininlight_frontSeré, franco, este disco está aquí por su repercusión más que por lo que a este redactor le atrae, y es que sería un pecado eludir la valentía, el vanguardismo, el proto-surrealismo, la incoherencia verbal, la contracultura, la fusión étnica, y la experimentación de este trabajo, numerosas veces alabado como el mejor y trascendental de la banda de David Byrne, en el que Brian Eno tuvo manga ancha -y no pocas fricciones a consecuencia-, y sin el que, así de claro, no serían entendibles ni Franz Ferdinand, ni Radio 4, ni !!!, ni muchos otros que hoy rellenan la escena. Nunca Talking Heads, salvo momentos puntuales y siempre fuera de EEUU, alcanzaron la popularidad que la crítica les hacía merecedores, pero su legado ha permeado multitud de experiencias musicales de éxito. Hasta Radiohead deben su nombre a un tema suyo, aunque no de Remain in Light.

Nos dejamos un buen puñado de discos importantes y sensacionales, habría que mencionar el panorama nacional, y si hablamos de singles, no pararíamos, pero a modo de síntesis, nos damos satisfechos con esta selección. Propón tus alternativas

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